El señor «paki»
Hoy he averiguado que «el señor paki» (el dueño del supermercado paki de mi calle) se llama Iqbad, tiene 4 hijos, se casó con la mujer que su familia eligió para él, cree en Dios y es feliz.
Todo ha empezado cuando he entrado a comprar el pan. Nos hemos puesto a hablar del final del verano, de las vacaciones que ninguno de los dos hemos tenido y que los dos tenemos ganas de hacer, de que yo no sé qué haré cuando las tenga y de que él irá 2 o 3 meses a Pakistán para estar con su familia. Le he preguntado si ellos no podían venir aquí y me ha explicado que prefería que sus hijos se educaran con la cultura de allí y que vinieran cuando fueran más mayores. Que lo mejor era que vinieran o muy pequeños o ya mayores, para no sufrir tanto las diferencias culturales y adaptarse mejor.
No es que hable así de bien el castellano, pero con nombres, las palabras «bien/mal» y verbos siempre en infinitivo se hace entender y la conversación resultaba fluida. Como ya había confianza, se ha lanzado a explicarme las cosas que le llamaban más la atención de aquí, y en un momento dado me dice «aquí hombre con hombre mal, dios decir hombre con mujer», y seguido me pregunta a mí si yo casada o yo sola…
Mmm… a ver… ¿es una pregunta trampa? Mi guapa y yo no nos escondemos y hemos pasado un montón de veces por delante de la tienda, la mayoría cogidas de la mano o directamente abrazadas… En cuestión de milésimas de segundo, me planteo las dos opciones:
a) Le digo que no, sonrío, pago el pan y me marcho pitando. Soluciono la situación, pero entraría en una especie de bucle por el que tendería a esconderme cada vez que pasara con mi guapa por delante. b) Le digo que estoy con mi guapa y después de su discursito sobre dios le dejo en shock y me prohibe la entrada a la tienda.
Mmm… a ver… rápido, no pienses más, decidido, opción b: Mi mejor sonrisa y un «no, yo es que estoy con una chica».
«Ah, oh, ah… ah ah… chica va contigo, tú con chica???» Cara de shock del señor paki: «bueno, yo hombre-hombre, mal, mujer-mujer, raro… dios no decir eso… ups, ah»…, seguida de sonrisa de circunstancias: «yo no saber nada». Justo entonces llegaba su ayudante, que se ha quedado atendiendo y me ha acompañado fuera, donde hemos seguido hablando un buen rato. Él en shock, intentando explicarme que yo «con chica no niños» y yo que «yo con chica feliz». También me ha hablado del Corán, de sus creencias religiosas y del Ramadán, que justo acaba hoy.
Al final ha sido bastante bonito, porque nos hemos presentado (hasta ese momento no sabíamos nuestros nombres) y me ha terminado diciendo que si yo con chica feliz y respeto yo ella y ella yo, entonces yo con chica bien. Nos hemos despedido con dos besos y un apretón de manos y he subido a casa contenta.
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