Apuntes de la lectora que fui alguna vez

En el año 1999 Carmen Martín Gaite todavía vivía y yo quería ser escritora. En el año 1995, Amaia Uriz, una periodista navarra que en ese momento trabajaba en Soria, se había puesto «burra» y gracias a ello en el Heraldo de Soria queda constancia fotográfica de la escritora, sola, recogiendo sus maletas en la estación de autobuses.

Con el tiempo, Amaia y yo terminamos trabajando en el mismo medio (ella ya desde Pamplona, yo desde Barcelona), nos hicimos muy amigas y en el 2013 compartimos un viaje alocado a El Boalo, tanto, que incluso acabamos visitando un cuartelillo de la Guardia Civil.

Pero en 1999 yo ni conocía a Amaia Uriz ni había leído aquella entrevista en el Heraldo de Soria. Solo sabía que Carmen Martín Gaite había escrito «Lo raro es vivir» y «Nubosidad variable» y que yo quería ser escritora. Y que la Gaite me ayudaría a serlo.

Ahora, 16 años después, es difícil entender cómo se me había metido esa idea en la cabeza. Todo tenía que ver con «La reina de las Nieves», que no había podido acabar de leer y con la señora de la Quinta Blanca, que era tan real como lo era «la señorita» de las historias de mi tía Julia. Tan real como una persona con partida de nacimiento y defunción, y tan real como un personaje literario que escapa de las páginas de su libro. El caso es que aquella frontera entre la realidad y los libros (a los que me resisto a llamar «ficción») me inquietaba ya desde «La historia interminable» y Martín Gaite apareció como una figura en la que vislumbraba respuestas.

(continuará…)

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